Hemos simbolizado la máxima calidad de gafas durante más de 140 años. Para cumplir con las más altas exigencias, hemos desarrollado procesos de calidad estrictamente definidos para garantizar que lleguen a nuestros clientes solo lentes y monturas perfectas.
Las condiciones para conseguir la máxima calidad pasan por estrictos criterios establecidos en exhaustivas directrices. Estos criterios incluyen propiedades técnicas, ópticas y hápticas específicas para nuestros productos, tales como un movimiento uniforme de las bisagras o la pureza perfecta de nuestras lentes. Finalmente, el cliente experimenta todo esto con unas gafas excepcionalmente cómodas, ligeras y muy resistentes.
Nuestros productos se someten a extensas pruebas de calidad, incluso en las etapas de desarrollo. Todas las piezas individuales de las primeras muestras se estudian para comprobar que cuentan con la calidad necesaria. Además, disponemos de máquinas y equipamiento especiales que prueban el funcionamiento fiable de cada elemento individual, como es el caso de la estabilidad del movimiento de las bisagras, incluso tras plegar y desplegar las varillas miles de veces. Cuando se comienza a comercializar un producto, se inicia un proceso de supervisión en el que se registra cada reclamación y se toman inmediatamente medidas de mejora.
Desde la fase de desarrollo y hasta que las gafas estén entregadas, puede estar seguro de que obtendrá la máxima calidad que cabe esperar de Rodenstock.